Viernes 4 de mayo/ Sábado 5 de mayo de 2001
Viernes por la noche. Bar Francés. Aburrido. Un Sello Negro en las rocas, y salgo de ahí volando a Calles de San Francisco, a ver si allá está pasando algo. Cover de $5000 no consumibles. "Straipers" y "Sexo en vivo".
Me encuentro con dos amigos. Tres solteros en total. Conversación sobre NY y su caida por culpa del moralismo del alcalde Giuliani. Nos perdemos. Yo bailo solo en la pista. No hay nadie a quien tirarle los perros.
Salen los "Straipers" y se pierden en el público. Busco a JA entre ellos. No lo veo. Apagan las luces, pongo mi mano sobre el bolsillo trasero de mi pantalón para que no me roben la billetera. Las locas se alborotan como gallinas tocando cuanto cuerpo semidesnudo pasa por su lado. Prenden las luces de nuevo, y ahí está JA, desnudo, erecto, con un corbatín en el cuello, unas medias blancas con rayas rojas y unas botas de cuero enormes. Erecto. Bailando. Dejándose manosear.
Se van los strippers. Vuelve la música. Bailo otra vez solo y ponen "I will survive". Pienso en el vestido para Patty. Cortan la música. Todos creen que es hora del sexo en vivo, pero no. Es hora del show. Sale una garota en salsa de samba, con bikini negro y perlas falsas colgándole del cuello, y un tipo envuelto en trapos negros, lanzando llamas alrededor de la bailarina, con una lata de laca en aerosol y un encendedor prendido.
Poco después aparece la DRAGA... Dios mío... Tacones plateados, tetas falsas, el mega cuerpazo, peluca enorme con plumas rojas...
Y se lanza al ruedo. Estallan bombas llenas de confetti. Empieza a hacer un strip tease, se quita la ropa, y queda en calzones super pequeños con plumas rosadas. Saca un encendedor, y - oh sorpresa - empieza a prenderse las tetas falsas. Le empieza a salir humo verde ¡Y chispas! Son unos volcanes pirotécnicos. Empieza a dar vueltas como la mujer maravilla.
Con el líquido de una botella de plástico dibuja un círculo a su alrededor en la pista de baile. Vuelve a sacar el encendedor, se agacha y le prende fuego a la mancha en el piso. Las llamas suben a un metro de altura, y la gente corre las sillas, para que no se incendien. La draga gira otra vez como la mujer maravilla en la mitad de las llamas.
Siempre pensé que la manera más indigna de morir era carbonizado en un bar gay. Y esa noche no hubiera tenido ningún chance de sobrevivir. Si no me mata el humo, y las llamaradas, me mata la estampida de locas tratando de llegar a la única salida. Ya veo la foto de mi cara con un tacón incrustado en el cráneo en la primera página de El Espacio, con un titular diciendo Muere loca tratando de huir de incendio en discoteca gay. Decido tranquilizarme, y trato de disfrutar del espectáculo frente a la amenaza de una muerte casi segura. El humo negro invade el bar, y a más de una loca se le chamusca la peluca. Pero eso es todo. Es más el susto, que la quemazón. Huele a humo y pólvora quemada, como en Navidad. Y se acaba el show.
Los meseros aparecen y arman unas camas en el escenario, poniendo dos colchonetas anaranjadas sobre las cajas que usan los strippers para bailar.
Y sale una procesión hombres desnudos, entre ellos uno con una peluca y gafas negras. Como una reina, los sigue una mujer gordita, también desnuda, tetona y con un tatuaje de una mariposa en el seno izquierdo, como el de la cantante Marbelle. Se acuesta sobre una de las camas improvisadas. El hombre de la peluca se acuesta en la otra.
Uno de los strippers pretende que está tirando con la gordita. Al ver que no está funcionando, llega veloz un reemplazo, con una erección fenomenal y un condón amarillo.
Al tipo con la peluca se lo empiezan a comer también. El Maestro de Ceremonias invita a los espectadores a que suban a la tarima y verifiquen que sí hay penetración - con condón. Un grupo de borrachos mirones sube al escenario a mirar y tocar. La mayoría se acerca a la pareja heterosexual, visiblemente excitados, como si fuese algo que no hubiesen visto en mucho tiempo. Mientras tanto, los otros strippers se reparten por el bar, exhibiendo su mercancía.
El presentador da una orden y todas las luces se apagan. En la oscuridad sólo se oye el chucu-trance de relleno, para excitar a todas las locas. De pronto, la mujer del show en vivo empieza a gritar fuertemente. Al prender las luces, la imagen es más que patética. Un borracho de chaqueta y morral de cuero, acaricia en sus partes íntimas a la pobre mujer, que, a sorpresa de todos, ya no tiene a stripper alguno sobre ella. Suben los de seguridad y lo echan del bar.
Aprovecho la luz prendida para saludar a JA. Me pide que lo espere hasta que cierren. Quiere irse conmigo. Me excita. Me asusta. Es casi la una de la mañana. Me cuenta que tiene otro show a las 2.30 en Kronos, y me invita a ir. Acepto y me ofrezco a llevarlo en mi carro.
La última vez que lo vi, la noche del Viernes Santo, en el mismo lugar, me había pedido que me acostara con él, y finalmente lo único que hice fue acercarlo a su casa, cerca al Carrefour de la calle 80. El quería que yo le pagara cualquier cosa por penetrarme... Prefiero pagar por hablar.
Me pregunta que si por fin me he decidido a tener sexo con él. Le respondo que mejor no pierda tiempo conmigo y que se consiga a uno de esos viejos verdes o diplomáticos que había por ahí que de verdad le pagara por dejársela mamar.
Cuando se toman muchas botellas de agua, y muchos vasos de soda con limón, la vejiga no tiene gran aguante. Voy al baño de los hombres, pero no puedo hacer nada porque todos se están masturbando en los orinales. Entro al de las mujeres que está vacío. Más fácil.
Me entregan mi chaqueta en el vestier. Con gusto compruebo que no se robaron mi celular. A la salida está esperándome JA con sus compañeros de Strip Tease William y Giovanni, que también van a hacer un show en el mismo amanecedero.
Nos subimos a mi carro y me preguntan si pueden fumar marihuana. Yo les digo que sí, pero que abran las ventanas.
JA se sienta adelante, y lo primero que hace es ponerse mis gafas azules de Jennifer López. Los otros dos, atrás, se ocupan de quitarle las semillas a la yerba, de armar el cacho y de hablar sobre como se comieron a esa gordita en el escenario: Puta. Damos bastantes vueltas por Palermo, hasta que por fin empiezan a fumarse el barillo.
Llegamos a la calle 72. Ellos siguen fumando. Yo no. Prefiero estar en todos mis sentidos. Durante todo el camino JA me trató como si fuera su "Sugar Daddy", acariciándome el cuello y las piernas. Obvio, tenía que mostrarle a sus colegas que él tenía novio rico, con carro fino, y que ellos no.
Cuando llegamos a Kronos (en la carrera 22 con calle 68, en donde era Bianca's), Giovanni y el recontrapapito de William se bajan, y le pido a JA que me acompañe a ponerle diesel al carro, antes de entrar al show.
Al despedirse, suponiendo que no voy a regresar con JA, los straipers me invitan a ir a una finca con piscina el fin de semana. Les digo decentemente que algún día lo haremos, sabiendo que nunca va a suceder. Me dan las gracias y cruzan la calle. JA termina de fumar la marihuana.
En camino a la gasolinera, JA insiste en que quiere acostarse conmigo. Obvio, este orgasmo no es gratuito. Le miento diciéndole que soy tan activo como él y que no tendríamos mucho por hacer en la cama. Ni loco voy a terminar yo tirando con un puto enmarihuanado. Se queda callado un rato, y me propone que él se levanta a alguien para que nos lo comamos los dos. Le digo que no. ¡Qué susto!
Le pregunto entonces que para qué necesita tanto la plata. Me dice que para pagar las deudas. Su mujer lo había dejado en la quiebra total.
¿MUJER? Yo creí, por la conversación del Viernes Santo, que él era gay y que a su marido lo habían matado en 1995 a la salida de Discofuego por robarle el carro.
Pues sí, mujer E hijo.
Llegamos a la gasolinera. Le pongo $25000 pesos en Diesel. Subo al carro y me muestra la foto que lleva en la billetera de su hijo. Se llama A.
Le pregunto por su mujer. Un taxista la atropelló y la mató.
En ese momento saca su beeper. Le estaba entrando un mensaje: "mañana reunión a las 2 pm en FA, JC"
¡Oh sorpresa! Yo fui voluntario en esa fundación hace años. Es un albergue para niños con SIDA. A está interno allá, es VIH+ y está vivo gracias a FA, me responde.
Su mujer también era VIH+. La conoció en PISCIS, en los 80's.
Le pregunto si él también es VIH+. Me dice que no sabe y que además no le importa saberlo.
Llegamos a Kronos, pero la policía está haciendo una redada en la calle y tenemos que irnos de ahí. Es la 1.30 de la mañana.
El tiene hambre, y lo llevo a Pike's Dogs en la 15 con 86. Compro una hamburguesa para llevar. Al subir al carro le regalo las gafas de Jennifer López. También le regalo un billete de $20000 pesos. El se alegra y me da un beso de agradecimiento en la boca. Con ese beso me doy cuenta que estoy jugando su juego. Estoy pagándole de todas formas, sin que pueda yo esperar orgasmo alguno. Yo soy uno más de sus clientes de la noche. Lo que me extraña es que él ya sabe que no me voy a acostar con él. Pero sigue conmigo. Me pregunto si el vampiro es él o yo...
Pero lo que estoy escuchando de él es mejor que cualquier Opera o cualquier obra en Broadway. Estos 30 minutos con él me están haciendo sentir vivo, muy vivo, a diferencia de los 9 meses que pasé con mi exnovio alemán - que lo único que hizo fue succionar mi energía vital y acabar mi autoestima.
Paramos en una farmacia de las que abren toda la noche a comprar aceite Johnson's para niños. Obvio, yo le doy el billete de $5000 para que lo compre, y él guarda el cambio. Los strippers se echan aceite en todo el cuerpo, hasta en el pelo, para que todo les brille cuando están desnudos y para que los usuarios no se les acerquen demasiado. Clara Inés mi empleada - me contó alguna vez que el aceite Johnson's es buenísimo para matar los piojos.
Nos devolvemos a Kronos, esperando que la policía ya se haya ido. Le paso a JA un pedazo de papel y un lápiz para que me escriba su número de localizador.
Esta vez no me pide que le consiga un trabajo, como en Semana Santa, la última vez que lo vi. Creo que está demasiado drogado como para pensar en eso.
Me ruega que lo llame, para que nos vayamos de vacaciones a tierra caliente, a algún lugar con piscina. Y viendo que ya nos vamos a acercar al lugar de su próximo espectáculo, se apresura a contarme su vida de manera inconexa. Yo escucho, atentamente, haciendo una que otra pregunta, maravillado, viendo la telenovela de una vida en unos pocos minutos.
Me contó que llevaba 20 años en Bogotá, le tocó dormir en la calle, como un gamín. Se prostituyó para poder comer, y le iba muy bien. En los años 80 vivía prácticamente en la discoteca PISCIS, y su dueño, Plinio el actual propietario de Calles de San Francisco se convirtió en su mentor. Village People es su grupo de música favorito. Nació en el 67, y su papá lo golpeaba por cualquier cosa. Si se quedaba en la costa, su tierra natal, lo mataban por marica. Había vendido la moto porque quería seguir vivo para que su hijo no se quedara sin mamá ni papá. Tomó esta decisión una noche en que A se quedó dormido y casi se le cae de la moto. Cuando no tiene qué comer, lo invitan a almorzar en FA. Sentía que había comido demasiada mierda en Bogotá, y que había visto muchas muertes y cosas que nadie debería ver nunca.
Cuando se bajó del carro para entrar a su show de Strip Tease, y adivinando que no iba a entrar a la discoteca, me pidió que no le dijera a nadie nada de lo que me había contado. Me hizo jurarlo. Y yo le juré.
Cerró la puerta. Atravesó la calle, esta vez sin policías, y me fui.
Son las 3.49 am, y estoy en la cama con mi perro, Monzter. No creo que pueda dormir.
Viernes por la noche. Bar Francés. Aburrido. Un Sello Negro en las rocas, y salgo de ahí volando a Calles de San Francisco, a ver si allá está pasando algo. Cover de $5000 no consumibles. "Straipers" y "Sexo en vivo".
Me encuentro con dos amigos. Tres solteros en total. Conversación sobre NY y su caida por culpa del moralismo del alcalde Giuliani. Nos perdemos. Yo bailo solo en la pista. No hay nadie a quien tirarle los perros.
Salen los "Straipers" y se pierden en el público. Busco a JA entre ellos. No lo veo. Apagan las luces, pongo mi mano sobre el bolsillo trasero de mi pantalón para que no me roben la billetera. Las locas se alborotan como gallinas tocando cuanto cuerpo semidesnudo pasa por su lado. Prenden las luces de nuevo, y ahí está JA, desnudo, erecto, con un corbatín en el cuello, unas medias blancas con rayas rojas y unas botas de cuero enormes. Erecto. Bailando. Dejándose manosear.
Se van los strippers. Vuelve la música. Bailo otra vez solo y ponen "I will survive". Pienso en el vestido para Patty. Cortan la música. Todos creen que es hora del sexo en vivo, pero no. Es hora del show. Sale una garota en salsa de samba, con bikini negro y perlas falsas colgándole del cuello, y un tipo envuelto en trapos negros, lanzando llamas alrededor de la bailarina, con una lata de laca en aerosol y un encendedor prendido.
Poco después aparece la DRAGA... Dios mío... Tacones plateados, tetas falsas, el mega cuerpazo, peluca enorme con plumas rojas...
Y se lanza al ruedo. Estallan bombas llenas de confetti. Empieza a hacer un strip tease, se quita la ropa, y queda en calzones super pequeños con plumas rosadas. Saca un encendedor, y - oh sorpresa - empieza a prenderse las tetas falsas. Le empieza a salir humo verde ¡Y chispas! Son unos volcanes pirotécnicos. Empieza a dar vueltas como la mujer maravilla.
Con el líquido de una botella de plástico dibuja un círculo a su alrededor en la pista de baile. Vuelve a sacar el encendedor, se agacha y le prende fuego a la mancha en el piso. Las llamas suben a un metro de altura, y la gente corre las sillas, para que no se incendien. La draga gira otra vez como la mujer maravilla en la mitad de las llamas.
Siempre pensé que la manera más indigna de morir era carbonizado en un bar gay. Y esa noche no hubiera tenido ningún chance de sobrevivir. Si no me mata el humo, y las llamaradas, me mata la estampida de locas tratando de llegar a la única salida. Ya veo la foto de mi cara con un tacón incrustado en el cráneo en la primera página de El Espacio, con un titular diciendo Muere loca tratando de huir de incendio en discoteca gay. Decido tranquilizarme, y trato de disfrutar del espectáculo frente a la amenaza de una muerte casi segura. El humo negro invade el bar, y a más de una loca se le chamusca la peluca. Pero eso es todo. Es más el susto, que la quemazón. Huele a humo y pólvora quemada, como en Navidad. Y se acaba el show.
Los meseros aparecen y arman unas camas en el escenario, poniendo dos colchonetas anaranjadas sobre las cajas que usan los strippers para bailar.
Y sale una procesión hombres desnudos, entre ellos uno con una peluca y gafas negras. Como una reina, los sigue una mujer gordita, también desnuda, tetona y con un tatuaje de una mariposa en el seno izquierdo, como el de la cantante Marbelle. Se acuesta sobre una de las camas improvisadas. El hombre de la peluca se acuesta en la otra.
Uno de los strippers pretende que está tirando con la gordita. Al ver que no está funcionando, llega veloz un reemplazo, con una erección fenomenal y un condón amarillo.
Al tipo con la peluca se lo empiezan a comer también. El Maestro de Ceremonias invita a los espectadores a que suban a la tarima y verifiquen que sí hay penetración - con condón. Un grupo de borrachos mirones sube al escenario a mirar y tocar. La mayoría se acerca a la pareja heterosexual, visiblemente excitados, como si fuese algo que no hubiesen visto en mucho tiempo. Mientras tanto, los otros strippers se reparten por el bar, exhibiendo su mercancía.
El presentador da una orden y todas las luces se apagan. En la oscuridad sólo se oye el chucu-trance de relleno, para excitar a todas las locas. De pronto, la mujer del show en vivo empieza a gritar fuertemente. Al prender las luces, la imagen es más que patética. Un borracho de chaqueta y morral de cuero, acaricia en sus partes íntimas a la pobre mujer, que, a sorpresa de todos, ya no tiene a stripper alguno sobre ella. Suben los de seguridad y lo echan del bar.
Aprovecho la luz prendida para saludar a JA. Me pide que lo espere hasta que cierren. Quiere irse conmigo. Me excita. Me asusta. Es casi la una de la mañana. Me cuenta que tiene otro show a las 2.30 en Kronos, y me invita a ir. Acepto y me ofrezco a llevarlo en mi carro.
La última vez que lo vi, la noche del Viernes Santo, en el mismo lugar, me había pedido que me acostara con él, y finalmente lo único que hice fue acercarlo a su casa, cerca al Carrefour de la calle 80. El quería que yo le pagara cualquier cosa por penetrarme... Prefiero pagar por hablar.
Me pregunta que si por fin me he decidido a tener sexo con él. Le respondo que mejor no pierda tiempo conmigo y que se consiga a uno de esos viejos verdes o diplomáticos que había por ahí que de verdad le pagara por dejársela mamar.
Cuando se toman muchas botellas de agua, y muchos vasos de soda con limón, la vejiga no tiene gran aguante. Voy al baño de los hombres, pero no puedo hacer nada porque todos se están masturbando en los orinales. Entro al de las mujeres que está vacío. Más fácil.
Me entregan mi chaqueta en el vestier. Con gusto compruebo que no se robaron mi celular. A la salida está esperándome JA con sus compañeros de Strip Tease William y Giovanni, que también van a hacer un show en el mismo amanecedero.
Nos subimos a mi carro y me preguntan si pueden fumar marihuana. Yo les digo que sí, pero que abran las ventanas.
JA se sienta adelante, y lo primero que hace es ponerse mis gafas azules de Jennifer López. Los otros dos, atrás, se ocupan de quitarle las semillas a la yerba, de armar el cacho y de hablar sobre como se comieron a esa gordita en el escenario: Puta. Damos bastantes vueltas por Palermo, hasta que por fin empiezan a fumarse el barillo.
Llegamos a la calle 72. Ellos siguen fumando. Yo no. Prefiero estar en todos mis sentidos. Durante todo el camino JA me trató como si fuera su "Sugar Daddy", acariciándome el cuello y las piernas. Obvio, tenía que mostrarle a sus colegas que él tenía novio rico, con carro fino, y que ellos no.
Cuando llegamos a Kronos (en la carrera 22 con calle 68, en donde era Bianca's), Giovanni y el recontrapapito de William se bajan, y le pido a JA que me acompañe a ponerle diesel al carro, antes de entrar al show.
Al despedirse, suponiendo que no voy a regresar con JA, los straipers me invitan a ir a una finca con piscina el fin de semana. Les digo decentemente que algún día lo haremos, sabiendo que nunca va a suceder. Me dan las gracias y cruzan la calle. JA termina de fumar la marihuana.
En camino a la gasolinera, JA insiste en que quiere acostarse conmigo. Obvio, este orgasmo no es gratuito. Le miento diciéndole que soy tan activo como él y que no tendríamos mucho por hacer en la cama. Ni loco voy a terminar yo tirando con un puto enmarihuanado. Se queda callado un rato, y me propone que él se levanta a alguien para que nos lo comamos los dos. Le digo que no. ¡Qué susto!
Le pregunto entonces que para qué necesita tanto la plata. Me dice que para pagar las deudas. Su mujer lo había dejado en la quiebra total.
¿MUJER? Yo creí, por la conversación del Viernes Santo, que él era gay y que a su marido lo habían matado en 1995 a la salida de Discofuego por robarle el carro.
Pues sí, mujer E hijo.
Llegamos a la gasolinera. Le pongo $25000 pesos en Diesel. Subo al carro y me muestra la foto que lleva en la billetera de su hijo. Se llama A.
Le pregunto por su mujer. Un taxista la atropelló y la mató.
En ese momento saca su beeper. Le estaba entrando un mensaje: "mañana reunión a las 2 pm en FA, JC"
¡Oh sorpresa! Yo fui voluntario en esa fundación hace años. Es un albergue para niños con SIDA. A está interno allá, es VIH+ y está vivo gracias a FA, me responde.
Su mujer también era VIH+. La conoció en PISCIS, en los 80's.
Le pregunto si él también es VIH+. Me dice que no sabe y que además no le importa saberlo.
Llegamos a Kronos, pero la policía está haciendo una redada en la calle y tenemos que irnos de ahí. Es la 1.30 de la mañana.
El tiene hambre, y lo llevo a Pike's Dogs en la 15 con 86. Compro una hamburguesa para llevar. Al subir al carro le regalo las gafas de Jennifer López. También le regalo un billete de $20000 pesos. El se alegra y me da un beso de agradecimiento en la boca. Con ese beso me doy cuenta que estoy jugando su juego. Estoy pagándole de todas formas, sin que pueda yo esperar orgasmo alguno. Yo soy uno más de sus clientes de la noche. Lo que me extraña es que él ya sabe que no me voy a acostar con él. Pero sigue conmigo. Me pregunto si el vampiro es él o yo...
Pero lo que estoy escuchando de él es mejor que cualquier Opera o cualquier obra en Broadway. Estos 30 minutos con él me están haciendo sentir vivo, muy vivo, a diferencia de los 9 meses que pasé con mi exnovio alemán - que lo único que hizo fue succionar mi energía vital y acabar mi autoestima.
Paramos en una farmacia de las que abren toda la noche a comprar aceite Johnson's para niños. Obvio, yo le doy el billete de $5000 para que lo compre, y él guarda el cambio. Los strippers se echan aceite en todo el cuerpo, hasta en el pelo, para que todo les brille cuando están desnudos y para que los usuarios no se les acerquen demasiado. Clara Inés mi empleada - me contó alguna vez que el aceite Johnson's es buenísimo para matar los piojos.
Nos devolvemos a Kronos, esperando que la policía ya se haya ido. Le paso a JA un pedazo de papel y un lápiz para que me escriba su número de localizador.
Esta vez no me pide que le consiga un trabajo, como en Semana Santa, la última vez que lo vi. Creo que está demasiado drogado como para pensar en eso.
Me ruega que lo llame, para que nos vayamos de vacaciones a tierra caliente, a algún lugar con piscina. Y viendo que ya nos vamos a acercar al lugar de su próximo espectáculo, se apresura a contarme su vida de manera inconexa. Yo escucho, atentamente, haciendo una que otra pregunta, maravillado, viendo la telenovela de una vida en unos pocos minutos.
Me contó que llevaba 20 años en Bogotá, le tocó dormir en la calle, como un gamín. Se prostituyó para poder comer, y le iba muy bien. En los años 80 vivía prácticamente en la discoteca PISCIS, y su dueño, Plinio el actual propietario de Calles de San Francisco se convirtió en su mentor. Village People es su grupo de música favorito. Nació en el 67, y su papá lo golpeaba por cualquier cosa. Si se quedaba en la costa, su tierra natal, lo mataban por marica. Había vendido la moto porque quería seguir vivo para que su hijo no se quedara sin mamá ni papá. Tomó esta decisión una noche en que A se quedó dormido y casi se le cae de la moto. Cuando no tiene qué comer, lo invitan a almorzar en FA. Sentía que había comido demasiada mierda en Bogotá, y que había visto muchas muertes y cosas que nadie debería ver nunca.
Cuando se bajó del carro para entrar a su show de Strip Tease, y adivinando que no iba a entrar a la discoteca, me pidió que no le dijera a nadie nada de lo que me había contado. Me hizo jurarlo. Y yo le juré.
Cerró la puerta. Atravesó la calle, esta vez sin policías, y me fui.
Son las 3.49 am, y estoy en la cama con mi perro, Monzter. No creo que pueda dormir.